“Jo sóc el Camí, la Veritat i la Vida”

Los miembros de la Església Evangélica Bíblica, Castellar del Vallès habiendo aceptado al Señor Jesucristo como Salvador, hacemos promesa solemne los unos con los otros en la presencia de Dios y confiando en Su ayuda, de lo siguiente: 

• a)  Cultivar una vida de piedad íntima mediante la práctica de la lectura de la Biblia y la oración; servir al Señor con los talentos que él mismo nos ha dado y ser testigos suyos en el mundo anunciando el Evangelio y obedeciendo sus enseñanzas. A tal efecto, renunciamos al pecado y al mundo con su inmoralidad e influencia malsana, y hacemos ideal nuestro la santidad.
  
• b)  Mantener la piedad bíblica en nuestros hogares mediante el culto familiar; educar cristianamente a nuestros hijos y hacer de nuestras casas santuarios donde se glorifique a Dios.
  
• c)  Ser ciudadanos ejemplares, respetuosos y sumisos en relación con las autoridades; amigables y justos con nuestros vecinos, leales con nuestros compañeros, benignos y perdonadores con nuestros enemigos, dignos de confianza y estimación en nuestra relación con todos.

• d)  Sostener abnegadamente y lealmente por medio de nuestras oraciones, ofrendas y nuestro servicio personal, la iglesia de que venimos a ser miembros.
  
• e)  Cultivar la comunión de los santos en el seno de esta iglesia, amándonos fraternalmente los unos a los otros, rehuyendo la murmuración, y el enojo, el resentimiento y la enemistad; abundando en la comprensión y el perdón; orando los unos por los otros, ayudándonos y estimulándonos mutuamente en la edificación de este pacto y la aplicación a nuestras vidas de todos los principios y preceptos de la Palabra de Dios.
  
• f)  Reconocemos que somos “extranjeros y peregrinos” en esta tierra y que hemos de vivir “sobria, justa y piadosamente aguardando la esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. En nuestra espera, trataremos de limpiarnos de todo lo que contamina al cuerpo y el espíritu, y rehusamos conformarnos al espíritu de esta mala generación. Sabiendo que vivimos en días de gran apostasía moral, nos comprometemos a combatirla según sea nuestra capacidad.